Wednesday, February 10, 2010

Yo pecador

Platicaba con Evita algunos pasajes de mis ayeres, le contaba que estudié la secundaria en un semi -reclusorio, rodeado de callejones y en una colonia de lo mas populacha de esta ciudad. Muchas fueron las razones, pero la más destacada fue que muy probable no era apto para estudiar en alguna de las top 3 de la zona donde nací…

Le contaba también que el último mes o un par de meses, antes de terminar, ya no me querían ver por ahí. Prefectos y el orientador ya estaban hasta la coronilla del tal Lopez, el jijo de la guayaba que siempre les hacía pasar corajes. A tal grado llegó la aberración por mí que tenía que brincarme la barda trasera de la escuela para poder asistir a mis clases, y obviamente, esconderme de los que me andaban cazando.

Todo tuvo un origen, debo de suponer… mis más primitivos recuerdos me remiten a regaños y chanclazos de mi madre, quejas de los vecinos hacia a ella por ser tan grosero, respondón, y en pocas palabras: desmadroso. Mis amigos de la infancia y un servidor debemos ser tristemente celebres en la calle donde nacimos por eso precisamente, por hijos de la chingada.

Hoy en día, cualquier pelele con educación y estudios en psicología infantil, o sociólogos que nomas andan viendo el problema ajeno y no se fijan en los propios, me hubieran llamado: “Un niño hiperactivo”, a sabiendas que ya tenían un pacto bien establecido con los boticarios del rumbo pa meterme pastillas hasta por debajo de la lengua y empachecar mi niñez en aras de la ciencia. Pero en aquellos tiempos solo se limitaban a nombrarme: “Niño travieso”

A eso me dedicaba yo, a “travesear”… y no creo honestamente que me haya faltado un jalón de riendas a tiempo para no ser así, tampoco he visto que otros de mis primos, (que son como mis hermanos) con los que me críe, sean así de “hiperdesmadrosos”, como lo soy yo. Quizás eso ya se trae.

Como ya contaba mis primeros años no me faltaron regañadas, desde por decir groserías, palabras inapropiadas, gesticulaciones obscenas, travesuras, vidrios rotos, macetas tiradas, ensuciar ropa del tendedero, peleas callejeras, por subirme a los toldos de los autos, por ser muy brusco con las niñas… en fin. Todo un estuche de monerías!

Ya más grande maduré, claro sin caerme del árbol aun me daba mis sopetones, y eso me causó conflictos, perdí a gente muy importante en mi vida por mis arranques de ira y de frustración, hice daño, herí de muerte, estropeé la más grande historia de mi vida por no tener prudencia, calma, y la sabiduría necesaria para entender que tenía que pasar por ese terreno si quería llegar a la tierra prometida…

Me arrepiento de todo corazón….

Hoy, cuando creo haber aprendido el fino arte de la calma, de la serenidad, se me presentan acontecimientos que a todas luces, tienen que ver con mi forma de ser. Pensé que había aprendido, pensé que había encontrado el zipper para mi bocota, pensé que había encontrado la estabilidad emocional a la que todos queremos llegar, pero ahora no lo sé.

Lo único que se, es que debo trabajar, y no trabajar en mi profesión, debo trabajar en las mismas loqueras de ciertas personas que de repente no esta tan disparatadas, claro, sin fanatizarme de la misma forma.

Sé también que he abusado de ser como soy, pero que le voy a hacer? Soy yo, mi instinto me pide ser como y lo que soy, no uso mascaras, no soy domesticado, no sigo estereotipos, simplemente soy quien soy, y siento mucho pisar cayos siendo quien soy…

Confieso que me las he pasado duras, a últimas fechas, mi forma de ser, de expresarme, de vivir con intensidad, (tal vez atrabancadamente) me han provocado ciertos enfrentamientos con aquellos que no ven las cosas como yo. No quiero decir con esto que ellos estén mal, simple y sencillamente creo que tienen una visión muy estrecha de la vida, o quizás, ciertamente el amplio panorama de cómo veo las cosas es lo que pueda estar mal en mi…

…no lo sé, no lo sabemos, eso depende del cristal.

Lo que si se es que también siendo quien soy, he tenido las más grandes satisfacciones de mi vida, he hecho a los más grandes amigos, he vivido el amor, he aprendido a amar, he sido padre, he sido parte de una sociedad, he encontrado afinidad con múltiples personas… en fin…

Agradezco infinitamente a mi Primo Evelio y a Lucrecia por su interés y por el tiempo invertido el día de ayer… no tengo ni como pagárselos.

1 comment:

Anonymous said...

Mendi. Con amistad, con eso estamos a mano. Le daría mucho gusto saber a una amiga, digo, conocida que tuve que estás "trabajando". Lo hemos platicado: así eres y así se te quiere, pero también hay que saber cuándo detenerse. Escuché hace rato la crónica de una plática que tuviste con el de la borra y me dio gusto escuchar que ahora, bueno, en este momento puedes llegar en son de paz y decir: puedo dedicar mi inteligencia a otras cosas. Claro, eso no te hace dejar de ser un perfecto hijo de la chingada...:P