Thursday, December 24, 2009

Regalo navideño

Justo regreso con un café en la mano y Mike me dice que si no quiero una rebanada de pastel. Un pastel delicioso que él compra en una tienda comercial que esta por su cantón, rico en verdad el pastelillo ese aunque yo en verdad prefiero el de chocolate.

Entro a su oficina y está escuchando una estación de radio por internet que está tocando solo villancicos el día de hoy, obviamente en inglés. Inmediatamente le digo que me cagan los villancicos y que no soporto sus tonalidades melancólicas y me dice que le vale madre! Que es su oficina y que si no me parece que escuche mi propia música. (Todo esto, jugando obviamente)

Me vi inmediatamente en mi pasado reciente, en los centros comerciales y en las tiendas Outlets donde me enclaustré las pasadas 3 semanas para hacer todas las compras navideñas por allá en las áridas y gélidas regiones de la América del norte. En cada tienda que me metía, sonaban villancicos, y en una en especifico, en la cual me tarde más de dos horas en salir, a punto estuve de mentar madres…

Hoy saldremos temprano del trabajo, el mandato vino desde muy arriba y no nos quedara otra más que obedecer, con todo el dolor de nuestro corazón nos iremos pasado el medio día. Eso me recuerda que tendré que irme a meter al bullicio, al gentío de un centro comercial a hacer las últimas compras navideñas, y por ende, a escuchar villancicos.

Trataré de evitar ir al Liverpool del zócalo, ahí hay a las afueras un grupo de niños que cantan en coro villancicos, antes eran niños de algún asilo o albergue, ahora son quesque del Salvation Army. Es lo más detestable que puedo soportar en la vida, y desde que era yo un mocoso siempre el ver esa escena de niños cantando y pidiendo dinero me deprime del todo.

Cuando era un polluelo, un niño inocente y hermoso disfrutaba de la navidad, para mí estas fechas eran de singular alegría. Mi familia estaba completa, nos juntábamos absolutamente todos, mi padre me compraba ropa nueva, disfrutaba de las vacaciones de invierno de a veces hasta 3 semanas y todo era felicidad.

Conforme fui creciendo esas ilusiones cambiaron, mis primos se reprodujeron y migraron hacia otros lugares, mi familia se desacompletó, algunos ya no cargaron los peregrinos y cada quien fue agarrando su culito en brazos y comenzaron a hacer lo que se les antojaba, entre ellos yo.

Por muchos años, ya muchos, creo que desde que dejé de estudiar, abandone la navidad, para mí era un día como cualquier otro, no había demasiado que celebrar, sí me reunía con la familia, pero dejó de ser especial para mí.

Me convertí en El Grinch realmente, no llegué a detestar la navidad, pero si a no tomarle sentido, dejé de disfrutar la época, dejé que las luces de la temporada me iluminaran, dejé de creer y por sobre todas las cosas dejé de amar.

Este año es distinto, este año ha traído un sinfín de emocionantes cosas en mi vida, muchas, y muchas buenas, algunas malas, sí, pero no me fijo en eso. Este año me he liberado de pesadeces, ya no me afectan tantas nimiedades, enfoco mi vida en lo positivo y sobre todo, quiero, busco y ansío lo mejor para mí y para los míos.

Regresé el pasado domingo de los Estados Unidos, mi temporada navideña oficialmente comenzó el Lunes, cenas de amigos, brindis en el trabajo, y ayer con unos chupes entre amigos más íntimos. (Chupes = drinks, no sean mal pensados)

Ayer mismo antes de la reunión me lancé a buscar un juguete que me hace falta de la cartita de Reyes de Hammer Head. No lo encontré, pero si vi un par de obsequios que supuse que a mis amigos les gustaría….los compré.

Ya en la reunión nocturna y con medio estoque dentro les di los obsequios. Para ser sinceros hacia mucho no regalaba algo en navidad, algo del corazón, que no fuese a huevo o porque acostumbras a hacerlo. Y ayer lo hice.

Fueron los primeros regalos de otros tantos que daré esta noche, No estoy tratando de comprar afecto, de regalar cosas materiales para demostrar mi cariño, solo trato de demostrar mi felicidad en este día especial y de regresarle a la vida un poco de lo que a mí me da.

Quizás, pocos sean los afortunados en recibir regalo de mi esta Navidad, pero para todos tengo. Quizás el presupuesto solo alcanza para dos o tres, que ves a diario, con los que convives, con los que te cagas de la risa, con los que lloras, claro, para la familia es infaltable.

Son pocos los que reciben un detalle material, pero a todos aquellos a los cuales les he dejado una parte de mi vida, a todos aquellos quienes me han dado una parte de la suya, aquellos que me han abierto las puertas de su corazón y me han dejado entrar no obstante mis contrastantes maneras de ser…

Para todos ellos, para todos esos que soportan tener a un amigo como yo, les envío mi amor infinito!!!

Yo no quiero nada esta navidad, con solo saber que mi amistad les es importante, con solo saber que me quieren un poquito, ese es el mejor regalo que la vida me puede dar!!!


Feliz Navidad!

2 comments:

Marita said...

Primin, yo acepto gustosa tu amor y amistad infinitas, te quiero mucho y aunque ya pasó, deseo que sigas celebrando que hace más de 2000 años alguien vino a darnos un rayo de esperanza en este mundo gris. Te quiero y también sabes que mi cariño y amistad los tienes todo el año.

Anonymous said...

Mendi. Pues no lo dije en ese momento, pero me encantó el detalle. Es cierto, no pensé que lo harías, pero nos regalaste un pedacito de ese Carlos que yo sí conozco y quiero. Cuando esté armado, seguiré tus instrucciones y lo verás colgado. Te quiero y me vale madres que este mensaje te valga ídem....:P