Thursday, December 31, 2009

El túnel del tiempo

El paso del tiempo por enfrente de nosotros es irreversible. Hoy por la mañana, durante la sagrada rutina del baño mañanero me volví a ver al espejo, y lo hice a conciencia observando mi canosa barba y dándome cuenta que ya esta más crecida de lo que debería, que ya necesito cortarla con urgencia. Aun así pensé que si voy a estar de vacaciones la próxima semana, no había necesidad de afeitarse “right away” y podría darle un poquito más de una semana de vida a mi look de Talibán.

No solo cuando me veo al espejo en las mañanas me observo a mí mismo, cada vez, cada año que pasa, veo más y más cosas…

Pero decía yo que el tiempo y su fugaz paso por nuestra vida deja instantes memorables, anécdotas que contar, historias para compartir, y sobre todo, deja en ti la bendición más grande de la vida misma que son tus amistades.

El tiempo y su acelerado paso en esta vida ha sido testigo de innumerables vivencias que me han dejado un grato sabor de boca, que me han llenado de felicidad infinita y que han marcado mi rumbo significativamente…

Esta mañana mientras me afeitaba las orillitas de mi barba, y gozaba de las delicias del baño, recordé un evento significativo en mi vida, un evento que ocurría solo un día como hoy, en una etapa donde la vida era más ligera, donde las preocupaciones no existían, esa etapa de la dosis perfecta y de los vasos vacios y del héroe de leyenda…

Ha pasado mucho tiempo desde aquellas vivencias, muchas cosas han sucedido desde la última vez que se dio aquel fenómeno… a algunos nos creció la panza, o hicimos crecer panzas… nos creció la familia, nos salieron canas, arrugas, celulitis, gastritis, hipertensión, achaques, mil cosas… pero todos, o al menos yo, recuerdo esos últimos días de año de aquella época con singular alegría…

Aquel fenómeno del que les hablo sucedía solo en un día como hoy, nos dábamos cita muy puntualmente, no había hora premeditada, única y exclusivamente con la condición de que cada cual hiciera los deberes de la cena y el abrazo con sus respectivas familias, después la reunión tenía lugar en casa del Chaparrín y se prolongaba por mucho tiempo…

Ese era el túnel del tiempo, un lugar donde podías pasar los últimos días de vacaciones, un departamento para nosotros solos, con comida a la orden y bebida a granel; un lugar donde podías beber, fumar y otras cosas sin que nadie te molestara…

No tengo ni la menor idea si las pausas eran breves, te dormías a la hora que te daba sueño, te despertabas y seguías bebiendo, no sabias si era de día o de noche, es más, no tenías consciencia ni de la fecha ni de cuánto tiempo había pasado desde que te sumergiste en aquella odisea.

No tengo idea tampoco del horario ni de la rutina de la gente, ellos comenzaban su vida normal, y nosotros seguíamos sumergidos en aquella pachanga, solo un estruendoso grito de: “Juaniiiiitooooo, dile a tus amiguitos que se bajen a comer”!!!! Indicaba la hora de recargar el combustible para seguir chupando.

Aquellos días eran un completo carnaval, literalmente rendíamos culto al grito de guerra de la facultad, el vino, las mujeres y la orgía eran nuestros fieles acompañantes en aquellos días de gloria. Alguna vez, nos sumergimos en la parranda una noche de año nuevo y nos fuimos directamente de ahí a la escuela, muy probablemente fue un 3 o 4 de Enero…

De ese tamaño eran las bacanales en aquel memorable túnel del tiempo…

2 comments:

Anonymous said...

Mendi. Feliz 2010!

Marita said...

abrazos primo!