Friday, July 30, 2010

Tía Cosh

He estado echando la hueva para despertarme, más que de costumbre. He dormido 5, 10, 15 y hasta media hora más cada día y justo hoy, me desperté 7:20 de la mañana. Aunque sudé mucho anoche aun sacando los bichos de la enfermedad y dada la hora señalada salté inmediatamente de la cama y me metí a la regadera.

Por la ventana se observaban los primeros esbozos de una linda mañana, un cielo despejado, y un clima semi-frio tal y como me gustan. Los días nublados y lluviosos habían quedado atrás, al menos por el momento, e inmediatamente, el sentirme mejor, la linda mañana y el ser viernes me cargó las pilas para comenzar mi rutina de todos los días.

Debajo de las refrescantes gotas del tibio baño mañanero, comencé a pensar en lo que he pensado las últimas dos semanas, en lo frágil, repentina y fugaz que se va la vida. Y no solo eso, pienso en la indispensabilidad del amor, del cariño, de nuestra gente…

Bajé las largas escaleras que dividen el estacionamiento de mi humilde morada y sentí el frio que me supuse, yo prevenido me había bajado con chamarra, y encendí la nave. Con la fresca mañana, con el trinar de las pocas aves y con el patio vacio la reflexión me llegó.

Saque el carro, lo estacioné frente a la salida y al bajar para cerrar el zaguán y fue inevitable no voltear a su ventana….

Recuerdo remotamente un 6 de Enero, era yo un niño y con la ilusión de los reyes magos llegué a casa de mi abuela. Jamás había recibido regalos ahí, puesto que éramos demasiados los potenciales acreedores a uno, no había para todos y por lo mismo nunca me ilusionó recibir un regalo ahí.

Llegué y arriba de un mueble estaba una muñeca y un camión, la muñeca para mi hermana y el camión obviamente para mí. Era un camión de soldados, de esos soldados de plástico y muy rudimentarios, de hecho el camión también lo era. Era un camión dentro de una media caja y con cubierta plástica para ver su interior. La verdad no era un costoso regalo pero aun así lo recibí con mucho amor.

Debí haber tenido unos 8 o 9 años, esto porque antes no lo recordaría a detalle y porque después ya no me hubiera llamado la atención tanto un regalo así. Además, porque ya sabía que aunque era un regalo de reyes, ella lo había comprado. De modo tal que ya sabía que el mito de los reyes mago no era verdad.

Ejemplos como ese, millones. Muestras de amor y cariño. Infinidad, no se diga todas las que me aguantó. …
Y todo eso me vino a la mente en lo que me bajé, cerré el zaguán, me volví a subir al auto y arranque para venir al trabajo.

Algo pasa, no es que no me haga a la idea, se que la extraño mucho, no se si no puedo llevar mis días sin pasar a verla antes de subir las inmensas escaleras para pernoctar. No sé si sea el duelo de saber que ya no disfrutaré de sus almuerzos, de su exquisita sazón, de que le pida que me prepare el platillo que se me antoje, que me siente con ella a ver la telenovela de las 9, en fin, mil cosas…

Lo que si se es que la extraño horrores. Y como no si era como mi segunda madre. Sé también que fue una mujer muy importante en mi vida, mucho, muchísimo.

Sé también que mis definiciones de amor, las tengo bien cimentadas en su cariño. Sé también que esa incondicionalidad del amor la aprendí de ella, de mi abuela y de mi madre.

Agradezco a la vida haberla tenido ahí, siempre cuando la necesité, agradezco a la vida haber recibido tanto de una mujer que no estaba obligada a dármelo. Agradezco a la vida que la haya convertido en mi tía.

Hoy se que me tengo que acostumbrar a su no presencia, tengo que romper con la rutina de pasar a verla antes de llegar, tengo que desacostumbrarme a sus exquisitos platillos, de sus amenos almuerzos, de su compañía, de su cotorra forma de ser.

Hoy solo sé que no tengo con que pagar tanto, sé que ni con todo el dinero del mundo puedo reemplazarla. Sé que ni volviendo a nacer la puedo tener nuevamente, que se ha ido, que la seguiré extrañando toda mi vida, que ni con un milagro regresará. Sé que ni con todo mi sufrir ni con todas esas lágrimas que le he llorado podría pagarle todo el amor que me dio desde el día en que nací.

Te amo tía COSH!