El Rodrigo y La Gaviota

Quien sepa quienes son este par de individuos, sabrá a lo que me refiero, pero esta vez no analizare el ultimo capitulo de la telenovela. Si bien es cierto, por momentos acapara mi atención, también en otros me aburre y prefiero ver Discovery aunque los programas que presentan sean repetidos o no tengan un tema de mucho interés.

Pues bien el Rodrigo y la Gaviota son un par de seres humanos que no viven plenamente su amor. Cuando él no quiere ella quiere y cuando él quiere ella no quiere, total, ni Chana ni Juana, y en ocasiones para variar un poco, los dos quieren, pero hay un sentimiento intruso por ahí que siempre resulta mas poderoso que el mismo amor, a veces mas intenso, a veces mas fuerte y encarnado que este. Se llama Orgullo.

Y no se quien lo invento pero lejos de ser un sentimiento venial, es de lo mas maldito que puede existir en este mundo. El orgullo puede ser la chispa que detone una tragedia o bien puede llevar a la extinción de familias enteras. También puede ser el culpable de que un amor tan sincero y arraigado como el de El Rodrigo y La Gaviota se vaya a la coladera.

Y es que cada vez que se escucha de una desilusión donde los sentimientos van de por medio, el maldito orgullo aparece ahí, como uno de los actores principales de una obra de Teatro. Y es que sin el orgullo en una relación es como la comida sin sal, como una navidad sin arbolito, es como Chapultepec sin el trenecito, o como diría mi carnaval el Reno, es como coger sin besar!!.

Es rete padre sentirse orgulloso, sentir que has ganado una batalla, disfrutar cuando pisoteas a alguien, sentir cuando le sacas el corazón con la mano y lo azotas sin piedad, pero aun así, el sentimiento de dicha provocado por el orgullo es insignificante ante el tamaño y la grandeza del amor.

El amor te invade y te llena de sentimientos y pensamientos buenos, te hace sentir maripositas en el estomago y te embriaga de locura por una persona, puedes saltar puedes reír puedes echarte a correr por un amor y podrás cometer un sin fin de locuras y aun así todo es justificable por el amor.

Pero ese orgullo maldito te ciega, te hace pensar cosas que no son, te hace perder la confianza y te llena de maldad. Te acelera, te arrastra y te hace cometer disparates, cuando te mueve el orgullo no hay tregua para los buenos sentimientos, y cualquier cosa que te digan o razón que te den, se vuelve insignificante cuando estas cegado y envenenado del alma.

Cuantos Rodrigos y Gaviotas hay por ahí que no viven su amor al máximo?. Cuantos amores se desperdician día a día por no saber hablar y platicarse las cosas con humildad y sinceramente?. Cuantas Gaviotas hay por ahí que creen haber sido engañadas por el hombre que mas aman?. Cuantos Rodrigos habrá también que sienten haber sido traicionados por su Gaviota justo cuando mas la amaban?

El secreto de todo está en hablar, decir y expresarse lo que se siente. El pronóstico ciertamente es incierto, pero si las cosas se hablan y se aclaran con el corazón en la mano, ni duda cabe que los pleitos se resolverán de la mejor manera.

Pues Bien muchachitos, no se conviertan en un Rodrigo, y las nenas dejen en casa a esa Gaviota orgullosa, luchen por su amor, hablen, platiquen, no se escondan tras la barrera del silencio, no engendren mas orgullo en su interior y perdonen, eso mueve al mundo.

Yo por lo pronto, l@s perdono!!!!!!!!!!