Hace poco leí un escrito un tanto cuanto rebuscado sobre el silencio y micro sonidos que lo interrumpen, me pareció bueno hasta cierto punto, poco digerible para mi gusto, pero con alta dosis de verdad en las líneas.
Hoy lo que intento describir no le llega ni a los talones a aquel escrito de una persona que poco conozco, pero lo que puedo percibir de el me agrada de sobremanera. Hoy yo solo retomo el titulo y trataré de describir lo que para mi el silencio significa. Trataré también de ilustrar con mi lenguaje florido y no tanto gariboleado, el enorme vació de sonido en el que el día de hoy se ha convertido.
Si bien es cierto que el silencio se disfruta, se desea y en ocasiones se añora (habiendo realmente pocos lugares para disfrutarlo en esta enorme urbe), también es bien sabido, por lo menos sabido y experimentado por mi que el silencio paradójicamente es un estruendoso sonido que puede llegar a ensordecer a cualquier persona.
El silencio es la ausencia de sonido, llámese como se llame, no dar muestras de vida, no enviar mensajes, no usar el teléfono, la computadora o cualquier tipo de artefacto tecnológico de nuestra era, representa una ausencia, y como he definido líneas antes, la ausencia de sonido no es otra cosa mas que silencio.
Que decir también de la ausencia física, la ausencia del alma la cual en ocasiones es necesaria para así, perpetrar un silencio infinito, que solo se interrumpe cuando se decide sacar una palabra mágica desde el fondo de tu ser, desde lo mas profundo de tu alma, desde lo mas recóndito de tu corazón y así, demostrar todo lo que vale, lo mas valioso, lo único que existe, la única y verdadera verdad…La ultima neta!
En ocasiones disfruto del silencio, ha sido un hábitat visitado en demasiadas ocasiones por mi, costumbres añejas que no se borran por decreto, ni siquiera por berrinche. El silencio es tan disfrutable cuando se necesita, pero mata cuando en verdad necesitas escuchar algo.
Había estado en silencio los últimos días, lo necesitaba, lo requería. Dejar de escuchar cosas que no tienen sentido, reproches sin justificación, juicios sin la respectiva condena, alegatas y predicaciones que carecen de ejemplo y por eso, decidí escuchar al silencio, el silencio y su infinito vacío.
Escuchando el silencio se obtiene la tranquilidad, se pierde la noción del tiempo, se restaura el alma, se recrea lo verdaderamente lo valioso de la vida y solo se espera el momento preciso, el instante exacto del rompimiento por un endeble sonido para que se llene este espacio, para que la infinidad del silencio anterior se rompa con la armonía de un sonoro y retumbante latir de un corazón.
Hoy se rompió un silencio, mi corazón latió, irrumpió en un espacio insonoro e hizo un eco estrujarte, diciendo todo lo que se debe sentir y lo único que se debe saber…pero hay cosas que importan más, hay cosas más prioritarias para un ser humano, el deber, las obligaciones, las ocupaciones pues son prioridad…
Pasa el tiempo y el silencio distorsionado por mi en la mañana sigue…parece ser que a nadie le importó la dulce, profunda y sincera expresión de mi ser, a nadie le causo ni el mas mínimo escozor, a nadie perturbo mi estruendoso y sonoro ruido de hoy en la mañana.
Podré ser todo en la vida, podré ser de lo peor y quizás hasta a veces un tierno panqueque, pero la expresión que tuve hoy para romper un silencio ensordecedor, no la volveré a tener jamás!!!
Las palabras cuando se van, no regresan….
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