Monday, March 10, 2008

El Canalla

Siempre que se escuchaba un chiflido que sonaba más o menos así: Fiiiiii, fiiiiuuuu, fiiiiuuuuu, sabíamos que era él, nadie tenía un chiflido más inconfundible y aguardientoso, tampoco nadie más era tan escandaloso, ni tan poco prudente, ni tan desvergonzado como mi buen amigo El Canalla.

Desde muy niño ya era el Canalla, quizás por su peculiar valemadrismo y su siempre irreverente forma de comportarse, lo cierto es que al oír: el Canalla, sonaba como a una persona adulta, de lo peor, quizás hasta un matón, y verdaderamente con ese mote pocos se hubieran imaginado que solo se trataba de un niño de 10 años.

La carencia de un núcleo familiar estable, y la falta de muchas cosas hicieron de el Canalla un ser rebelde y mas valemadres de lo que fue de niño, pero siempre conservando su gran corazón, y sus buenos principios que hasta la fecha aun son parte de el.

El sábado pasado me encontraba al teléfono, la larga espera escuchando la grabación de un call center de un banco que te dice: “Su llamada es lo mas importante para nosotros” es de lo mas desesperante, y yo me pregunto: Si es lo mas importante, tons por que chingados no contestan rápido????

Habían pasado unos 15 minutos escuchando las mismas sandeces al teléfono, me paseaba en casa de mi padre de la sala al comedor, de su recamara a la otra caminando como en sala de maternidad y no había contestación, de repente me asomo por la ventana y lo ví ahí parado, inmediatamente supe que era él, no lo confundí, tanto tiempo sin verlo que mande al carajo a los del banco y colgué el teléfono.

Baje corriendo y abrí el zaguán, esperaba con ansias que no se moviera, deseaba con inmensas ganas que no hubiese sido un espejismo y no, baje la banqueta, pase junto a la camioneta azul con placas de Guanajuato y al llegar a media calle le grité: Kiobole Canario!!!!

Corrí a su encuentro, un enorme abrazo, un beso y con las inevitables lágrimas en los ojos lo recibí, le di la bienvenida después de tiempo de no verlo. Y como no me iba a alegrar ver a uno de mis mejores amigos de la infancia caminando una vez mas por la calle donde nacimos, donde crecimos, donde nos hicimos hombres.

Efusivamente lo abrazaba, no dejaba de volverlo a abrazar, y de demostrarle mi gusto por verlo, charlamos un rato y le dije que me tenía que ir, que llevaría a mi nene al cine y que por la noche lo veía. Se sonrió y me dijo que quería conocerlo, que sabia que tenia un hijo pero que nunca tuvo el gusto de conocerlo.

Después del cine y de dejar al nene en casa fui a buscarlo, no fue difícil encontrarlo, el gusto por verlo no cesaba, algunos otros amigos que tenían el mismo tiempo de no verlo llegaron para saludarlo, y así, nos quedamos platicando hasta la madrugada, escuchando sus historias, sus anécdotas y su vida en los últimos años.

El Gandul, El Canario, El Gandalla, El Agrio, o el Canalla, como quiera que me refería a el siempre me contestaba, siempre estaba presto para la vagancia y nunca tenía falta, con el crecí y con el pasé muchas aventuras y no era para menos que el día que lo volví a ver, lo escuchara y le dedicara unas cuantas horas.

Ya es un Canalla distinto, un Canalla más sobrio, mas centrado, mas maduro, y como no habría de serlo, 5 años y 3 meses en Chirona cambian a cualquiera, cuantimás cuando se estuvo ahí por una tontería.

Hoy es un canalla diferente, más serio, más ecuánime, Dios ha tocado su corazón, habla de amor, de justicia y de razonamientos y de cosas elementales. Pero aun sigue habiendo mucho de aquel Canalla de la infancia, de Aquel canalla que mentaba madres y gritaba peladeces de esquina a esquina.

Ha cambiado pero sigue igual, su cambio es para bien, esos cinco años y cacho en la sombra le han servido para ser un mejor ser humano, de por si, siempre fue de gran corazón, siempre fue bondadoso, siempre fue una buena persona, solo que la beberecua y los vicios lo llevaron a cometer tontería tras tontería.

Yo no concibo mi vida sin el Canalla, de hecho, tengo mucho de el Canalla en mí, ya sea jugando en la infancia, huevoneando en la adolescencia, o parrandeando en la juventud el Canalla siempre ha sido parte de mi vida, siempre conmigo, siempre a mi lado, por algo tenemos una amistad que ya ha de andar por los 25 años…

El cansancio comenzó a hacer su tarea, las 2:00 de la mañana y comenzábamos a bostezar...Entre plática y plática salieron algunas anécdotas y recordamos nuestras edades y después se dijo: Pues ya no estamos tan chavitos…es verdad, y no somos unos niños…

2:30 de la mañana, el Canalla me acompaño a dejar al Fritz a su casa, quien vive lejos, muy lejos, de regreso seguía hablándome de sus experiencias y lo que vivió en el lejano Oriente.

En un semáforo en rojo, el silencio se apodero de la escena y me dijo: “Regálame un cigarro mi Chavo!!” Le dije en tono de broma: Te va a castigar Dios por fumar wey!. Se río y me dijo: “Ya casi no fumaba tanto, de hecho ya no lo hacia”...Encendió el cigarro y al sacar la primera bocanada y suspirando dijo algo mas: …pero se me antojo verte fumar, será por que……Ahora soy libre….

1 comment:

Anonymous said...

Cuéntanos algo Carlos!
Besitos
Marita