Luz y sombra

Ver la luz del día es lo más maravilloso que pueda haber, una mañana fresca y con el sol asomándose tras los volcanes es la estampa más linda que he visto en mi vida.

En el día ves con claridad, tus ojos están abiertos, y tus sentidos al 100%; Durante el día percibes las cosas con mayor nitidez, absolutamente todo irradia su color, la luz es reflejada sobre todo, y esa misma luz se retacha hacia tus ojos con su verdadero color, con su esencia, y sin tonalidades opacas.

Siempre he considerado a la luz del día como la máxima creación entre las creaciones del universo, cuando la oscuridad y las penumbras desaparecen, los primeros rayos de luz llegan para llenar todo de claridad y color.

Por eso odio los días nublados…

Sin embargo la oscuridad te provee de cosas también útiles e importantes, y que solo de noche se pueden lograr. Decía mí tierna, “sabia” y adorada abuela: “La noche se hizo pa dormir”. Y si, efectivamente la noche se hizo pa dormir y para una que otra travesura.

Pero no solo en la noche hay oscuridad, también hay oscuridad en las cosas que hacemos, cuando se carece de claridad, pues hay oscuridad, cuando se carece de luz, hay penumbras.

Todo mundo tiene luz y sombra en si mismo, como diría una persona que me cambio la vida: “Todo es binario en esta vida”. Y si, todos, pero absolutamente todos tenemos esa ambivalencia, la llevamos adentro, la traemos innata. Toda tu vida se define en un proceso de elecciones, de elecciones entre luz y oscuridad.

Puedes hacer mil cosas bajo la luz del sol, con toda claridad, con toda luminosidad, pero no sirve de nada si a pesar del intenso y radiante sol, intentas hacerlas en lo “oscurito”, también a la inversa, puedes hacer cosas tenebrosas, perversas y desde el lado oscuro del corazón, pero si las haces con toda claridad, bajo la luz del sol, resultan inofensivas.

El día de ayer di una cátedra de luz y sombra, di una clase de noche y de día, se la había prometido a mi hermoso hijo desde el pasado 6 de Enero cuando los reyes le regalaron un globo terráqueo.

Había demorado la tan ansiada clase de mi hijo por cosas que antes consideré importantes, por dedicarle tiempo a cosas que al final no valieron la pena, por cosas que a final de cuentas fueron producto de la oscuridad en las decisiones. Y también había demorado la compra de una lámpara para hacer las veces de sol, en un cuarto oscuro.

Llegue temprano el día de ayer, abrí la puerta y estaba en el sillón viendo su canal favorito Discovery Kids, corrió a abrazarme y darme un beso. Hacia mucho tiempo que llegaba y lo encontraba dormido. Eran unos minutos antes de las 8 de la noche y cuando terminó su caricatura favorita comenzamos la clase.

Apagamos las luces y todo quedo en oscuridad, encendí la lámpara y la luz emitida la impacté sobre su globo terráqueo. Inmediatamente recordé mis antiguas clases de Ciencias Naturales y las de Geografía en la prepa. Se quedó maravillado con la explicación.

No fui lo especifico que hubiese querido, tuvo que ser una platica sencilla y sin tecnicismos que le hubiesen confundido aun mas. Sin embargo sus preguntas fueron muy especificas, de por que en México era de día y en China de noche y los planetas, y el espacio, y que por que la luz y por que la sombra…

Hubiese querido darle un discurso de luz y sombra, hubiese querido explicarle que la vida se te presenta así en ambivalencias, hubiese querido explicarle que siempre tenga a la luz como elección.

Pero ahora solo es un hermosos niño de 5 años para comprender muchas cosas…