Fumarolas

El día que me avisaron de la muerte de Norita traía yo una pinche gripa… que parecían dos! lo juro, motivo por el cual tenía ya dos o tres días sin fumar. ..En aquel momento no supe si los ojos me lloraban por la irreparable pérdida, o por la congestión nasal que me cargaba.

Desde que nació Hammer Head había dejado prácticamente de fumar, el hecho de tener a un pequeñito cerca, que lo abraces, lo beses y corrompas ese olor natural y agradable de un bebe con tu aroma a humo combinado con nicotina no es del todo grato, por eso casi terminé por dejarlo.

A últimas fechas había agarrado ya ese vicio maldito de nuevo, creo que desde que una desquiciada alucinación con ínfulas de sangre azul me contagió, me impregné una vez mas de aquellos sabores de nicotina, y comencé a comprar sueltitos, y así sin pensarlo, de repente me dio por volver a comprar cajas, hasta que en uno de esos tantos detenimientos que suelo tener en mi vida, me observé comprando una caja un día sí y otro día no, lo cual significaba fumarme en promedio 10 cigarros de harina y huevo.

En ese mismo detenimiento la reflexión y el video de mi vida se reprodujeron una vez mas y me volví a ver siendo un puberto escuincle y ya con mi cigarrote en la mano. Sí, la calculadora mental tan espontanea me indico una vez más que tengo más de 20 años de mi vida echando fumarolas sin necesidad.

Después de 4 o 5 días de una gripa que parecían dos me dije: Soy un hombre de 35 años que ha tenido demasiados excesos en esta vida, para ese momento hacia unos cuantos días que mi amiguita había muerto misteriosamente y según versiones de un paro cardio-respiratorio y me dije una vez más: Ya estuvo!

La muerte de Nora me hizo reflexionar miles de cosas, entre ellas, la fragilidad y la prontitud con la que alguien puede desaparecer. Nora no era ejemplo de salud y bienestar, aunque procuraba cuidarse, de vez en cuando se fumaba sus cigarritos Light, entonces una vez más me dije: Si a ella le pudo pasar eso, que me puedo esperar yo?

No es que la muerte de Nora solo sea un pretexto para dejar de fumar, no es que me vea en ese espejo y me de miedo y esté en este momento poniendo mis barbas a remojar, para nada! pero si he llegado a la conclusión que no necesito el cigarro en mi vida.

Ha pasado casi mes y medio de la desaparición de mi adorada Norita, y el mismo tiempo tengo sin llevarme un cigarrillo a la boca. Hoy puedo decir con toda seguridad que ya no voy a fumar, es un vicio que ya me desagrada y me incomoda del todo. (Aparte que afecta directamente al bolsillo, y en estos tiempos de crisis…)

También, siendo yo un ser humano con debilidades, obviamente que fumaré alguna vez, no concibo las reuniones con mis carnales de la Fac y no me cabe en la cabeza una peda con el Reno sin que me invite uno de sus cigarritos mentolados… así que tampoco es una promesa.

…Y ya pasé la prueba de fuego cuando “el Gelias” me insistía mucho conseguir un cigarro durante la terapia del viernes pasado en el Niza….

Así que ya estuvo, después de casi 6 semanas de vencer antojos y a sonsacadores, puedo decir que ya esa adicción mía al cigarro es más débil que yo.

Así que: Aplausos!!!