La boda del Cepillin

La cruda fue espantosa….Me sentía como Tin Tan en aquella película y literalmente jadeaba como el…”Ay, ay, ay dios mío….si en el beber te ofendo, en la cruda me sales debiendo”….Algo así decía.

Una cruda espantosa!!!, después de no se cuantas cervezas y un tequila marca libre de 2 litros que el primo saco de la cava, pues como no me iba a sentir así???. Pero ya que hacia??, ora se aguanta dijo mi abuelita!!!, y pus ni modo, el viernes comenzó así, con un dolor de cabeza y con las mujeres con ganas de ir de shopping.

Pues ni modo, con un calorón de los mil demonios sin mis gafas oscuras que se me olvidaron en la casa, manejando por el FWY 114 que lleva derechito para el mall de Grapevine y pues ya llegando allá iba que no me la acababa. El dolor de Chompeta me hizo su presa y la cruz del olvido que me cargaba no me daban tregua. A final de cuentas, hicimos las compras necesarias, ese primer día estuvimos reprimiéndonos un poco ya que aun comenzaba el viaje y después tendríamos la oportunidad de comprar mas cositas.

El regreso no fue nada agraciado para mi, Mi Nene cante y cante las de timbiriche, a petición de todos, y yo con un dolorón de cabeza que no soportaba, el calor que se sentía en la calle y luego el aire acondicionado frío del carro me hacían sentir que no la libraba, luego sin lentes para por lo menos camuflagear un poco mi bello ojo azul y que no me lastimaran los rayos del sol.

Pues no pase una buena tarde…Necesitando uno de los suculentos platillos de la amplia lista culinaria de nuestro país, tuve que curármela con un sándwich y un Sierra Mist, que es mas o menos como un Sprite, pero mas dulce, así que mi cruda no salio como debería, y ya al caer la noche el plan era ir a la casa de la Prima Mayo por que el rumor era de que había tostadas de Tinga!!!

Yo me dije: Al fin!!!, pero honestamente ya era mas mi malestar que unas tostadas de tinga que aunque era tinga, pus los ingredientes no dejaban de ser gabachos así que me supo a lo mismo…

El día esperado llego, la familia reunida, y los que venían de lejos ya habíamos hecho el arribo pues no había mas que decir, la cita fue a las 13:00 hrs. en una Iglesia hasta casi donde termina la Cockrell Hill Rd, Una Iglesia pequeña y medio escondida, Según los novios fue el único lugar donde había disponibilidad, que por que según hay que apartarlas un año antes y para cuando se animaron a casarse ya no había en ningún lado.

La misa fue como todas, realmente hice acto de presencia por que no me quedo otra ya que me hubiese gustado aplicar “la chilanga” y llegar a la hora de la pachanga!!! Pero en este caso había un desfase de algunas horas desde que acabo la misa, hasta la hora del bailongo. La cita fue en el Salón a las 19:00 hrs. y todavía mas lejos que la iglesia, así que para esa hora, el sandwichito que me refine al medio día ya estaba mas que digerido y mis tripitas pedía algo mas que rebanadas de aire.

Lo bueno fue que casi casi llegando te daban un plato pa´ entrarle al buffet y servirte lo que quisieras de la barra…otra vez, pollo, chuletas, verdura…y algo mas, pero ingredientes gabachos, así que, me supo a lo mismo.

Ya una vez con la panza llena, pues a darle dijo aquel con las cebadas, aunque como en toda fiesta gabacha, las cervezas y el vino deben ser pagados a contra entrega, así que si quieres ponerte persa lo mejor será que te lleves tus buenos dólares por que el chupe no es de gorra.

Se que suena raro, lo mismo pensé la primera vez que fui a un evento de esos y pus esta vez sabia de lo que se trataba y como había que hacerse. Así que esta vez y desde veces anteriores ya no me vieron la cara de wey, así que me eche mis cerbatanas y a patrocino de mis primos me eche unas cuantas mas.

La pachanga en si no tuvo nada de espectacular, es mas, hasta se repiten muchos capítulos de las anteriores, Los novios abriendo pista, el típico vals familiar, el bailongo con puro Norteño, y las chelas corriéndose a discreción, y no podía faltar el Primo Lalo Mora deleitándonos con las rolas de siempre: “Mi casa nueva”, “La mesa del rincón”, y “los barandales del puente” que ya no pueden faltar en todo evento familiar. Lo único que señalaría fue que al salón se le descompuso el AC y media fiesta estuvimos horneándonos como galletas, pero con unas buenas chelas heladas, quien se preocupa por eso???

Así pues, todo transcurrió tranquilito, como buena fiesta en territorio gringo, se acabo a las 12 y ahí aunque uno quiera no se puede gritar, otra!, otra!, por que llega la chota y jala con todos pal botellón.

De regreso en casa del primo Adrián, había más cervezas de las que habían sobrado del tiroteo del día anterior…pero ya el cansancio nos tenía en KO, así que se acabo el día con unas cuantas birongas más en el Porche de la casa del primo y los ganones fueron los sobrinos, que ahora chupan mas que los mayores....


Al otro día…Nos fuimos pa´ la Capirucha!!!!