Friday, August 31, 2007

Días grises

Hay días en que no quisiera uno ni salir a la calle, hay días como el de ayer que amanecen nublados y te remiten a aquellos días de la infancia donde había que ir a la de a Wilson a la escuela no importando las inclemencias del tiempo. Ayer particularmente fue uno de esos días en los que no hubiese querido levantarme.

Los días grises y de mucha nube no me gustan, me ponen melancólico, el brillo del sol se esconde y soy como los girasoles, agacho la cabeza!, y no se que me pasa. Comienzo el día con una pesadez al levantarme, mi sentido y el relojito interno me dice que seguramente no tendré un buen día, y así, entre meditaciones internas y la huevonada infinita, me encamino hacia la regadera.

Un buen baño cura todo, hasta la cruda!!!, pero te decepcionas y se te vuelve a bajar la pila cuando sales a la calle y ves un día sumamente nublado y ni rastros del sol por los alrededores. A mi que me gusta oler bonito, peinarme bien y manejar con lentes obscuros pa´ que los primeros rayos del sol no me lastimen mis lindos ojos y….el día no lució de lo mas maravilloso.

Con la tristeza ya cargada en el chip me trepo a la voyager, agarro rumbo a la civilización y me doy cuenta que hay un trafico de la chingada, y me digo: “una raya mas al tigre”, ni modo, lo que faltaba para completar un día sombrío y que por lo regular no cambia su tonalidad a menos que pase algo trascendental que cambie y vista de colores ese día que comenzó muy mal.

Ni siquiera poner atención a la radio logró arrancarme una carcajada, a lo mucho se vio reflejada en mí una leve sonrisa cuando escucho la voz aguardientosa del locutor de siempre, pero al mismo tiempo me veo obligado a la seriedad cuando él mismo me pone a pensar en tantas y tantas cosas que me pasan últimamente.

A final de cuentas, llegué tarde al trabajo y con cosas pendientes, cosas que urge hacer y más lo que se vaya acumulando. Sin ganas de hacer nada pero con mucho que hacer y con la inquietud incesante de buscar esa lucecita en verde que me lleve a lo más recóndito de la tentación, comencé mis labores.

El día no fue de lo mas grandioso, pesado y con la mente en otro lado me tuve que organizar con mis quehaceres para al final sacarle algo de provecho a un día que hasta las 5 de la tarde era gris, gris como empezó.

Pero hoy fue diferente, aunque el día esta gris como ayer, éste comenzó de manera distinta. Me levante 8 minutos antes de que el reloj sonara y no hice muina, regularmente me sulfuran ese tipo de situaciones y el día de hoy fue lo contrario. En lugar de echarme mis 4 o 5 siestecitas de 5 minutos cada una (siempre apoyado por el snooze del radio) pues abrí los ojos y solo espere el real momento de levantarme.

Al salir a la calle no me trepe a la voyager ya que su terminación de placa es 9 y tome un rumbo distinto, el aire fresco se combinaba con el olor a cítricos del gel que uso y me daba una sensación de frescura y libertad que me dan ganas de experimentarla otra vez. No extrañe la voz aguardientosa del locutor de siempre pero sabia bien que había algo íntimamente ligado a él que me tenía así. Las calles húmedas aun de la ligera llovizna de anoche y el cielo encapotado no me desilusionaron esta vez.

Y es que las ultimas 4 hrs. del día de ayer cambiaron mi manera de ver los días grises, ahora se que no importa cuan gris amanezca un día, si experimentas sensaciones como las de las ultimas 4 horas de anoche. Si la vida es así de maravillosa, y si de hoy en adelante así terminaran los días grises, pues ojala siempre sea tiempo de lluvias.

No?

1 comment:

Vronik said...

ps lo que te paso si debio valer la pena para amanecer de tan buen humor... vivan los dias nublados!!!