Sunday, November 18, 2007

Autobiografía

Nací en la Ciudad de México un día como hoy pero hace ya algunos ayeres, por consiguiente soy chilango hasta las chanclas y durante mucho, mucho tiempo para mí, esta ciudad le hacia honor a su nombre: El ombligo del mundo. Y hasta ya entradito en años fue que conocí algo más que el DF y León Guanajuato.

Como ya decía nací y crecí en una colonia popular de esta ciudad, y como dicen por ahí, fui de familia acomodada, acomodada por que tenia unos 15 primos que hacían las veces de hermanos y a todos nos cuidaba la matriarca (mi abuela), y siendo sinceros nunca sufrimos carencias, o por lo menos en mi feliz infancia no me daba cuenta.

Realmente eso fue, un matriarcado, donde la abuela ponía las ordenes y nos ilustraba el buen comportamiento con sus conocimientos puramente empíricos. A mi abuela, todos mis primos y yo, le debemos ser buenas personas, huevones como la chingada!!!, eso si!!, pero finalmente gente de bien.

Bajo esas condiciones vivíamos una infancia linda y feliz, mis primos (todos) eran reconocidos por algún mote mas que por su nombre, con eso de que la Jefa era buena para esos menesteres, pues a todos nos bautizo con un sobrenombre. Y desde esos tiempos remotos y para ella, la Jefa de Jefas me convertí en “El Somite”. Por alguna extraña razón me nombro así, y hasta la fecha, mis primos de vez en cuando así me llaman.

Cuenta la leyenda que un cierto día me preguntaron: “Como te llamas?”. Y yo conteste con tremenda sonrisota y una linda cara de ángel: “Somite”. Y es que era tan repetitivo el mote para mi y para mis primos que yo creía que en mi tierna niñez me llamaba así, y ellos: Cheto, El Cabo, La Pencha, La Cué, La Colchón, El Negro, El Chucas, El Muelas, El avión, La Güera, La Chiva, La abuelita, El Cuchi (q.e.p.d), ….y mi hermana La Chirriona!!!. Risible, Increíble pero muy cierto!!!

Mis primeros años los pase sumergido en ese ambiente familiar donde lo más importante era el cariño y donde mi pequeño mundo era solo el patio de la casa. Un enorme espacio donde lo mas divertido era correr y jugar en las macetas de mi abuela, odiando a su vez los días en que la Jefa lavaba la ropa por que la tendía en el patio y allá aquel quien osara mancharle sus sabanas y garras que lavaba hasta con gasolina, por que no se la acababa y se llevaba tremenda reprimenda.

Como todas las cosas en la vida, los espacios se reducen y cada vez tienes que volar a otro sitio para encontrar un lugar de libertad. Así de esta forma un buen día me asomé a la calle y descubrí otro mundo, descubrí una libertad que no termina aún, un mundo que día a día me enseña más y más cosas y en el cual encontré a la gente que más quiero.

Dice mi compadre el Chekos que un día me asomé a la calle y que traía un short ultra pegado y lo usaba con zapatos negros escolares. Honestamente no me acuerdo el atuendo pero lo que si me acuerdo es que él, y los que ahora son mis amigos de la infancia, me invitaron a jugar algo que no conocía hasta ese momento, un juego con un balón en forma de sandía y se pegaban una y otra vez tratando de quitárselo.

Tanto en la casa como en la calle tuve la fortuna de ser el mas pequeño, el menor, así que siempre estuve protegido de cualquier forma. Mis amigos, algunos ya grandes de edad me comenzaron a buscar y me chiflaban a la casa para que saliera a jugar. A mis escasos 7 u 8 años mi abuela me daba el permiso correspondiente con la única condición que no me bajara la banqueta, y esa fue la primera vez que desobedecí a la jefa….

Mis primeras salidas a la calle eran una combinación entre tocho, y juegos que inventábamos. Los mas grandes de mis amigos ya le ponían a los cigarros y caguamas!, y bajo ese tenor crecí, tomando el cigarro como diversión, las caguamas como devoción y el tocho como religión.

Pero paso mucho tiempo para que yo me agarrara de esos vicios mundanos, mucho antes de eso, yo me divertía con los amigos que eran casi de mi edad y jugábamos cosas aun de niños. El trompo, el balero y las canicas eran de lo mas jugado siempre, no sin olvidar juegos ya extintos como el bolillo, el burro 16, el trébol y el burro entamalado.

Esos eran los juegos que día a día nos entretenían, mientras los grandes ya se ocupaban de labores propias de su sexo, nosotros los más pequeños nos divertíamos en un mundo ligero, sencillo y sin preocupaciones, entre pelotas, balones y juegos sencillos se nos iban las tardes.

Un buen día la calle de mis amores me quedo pequeña y comencé a explorar otros mundos. Recuerdo que las primeras aventuras hacia otros universos tenían lugar los domingos por la tarde, nos sentábamos en el camellón de la Calz. Zaragoza a contemplar el paso del Concorde, comiendo pepinos con chile que le comprábamos a Juanito frutín o en su defecto cueritos con salsa valentina que vendían en la tienda. Era un deleite!!!

Y esa era la aventura formidable de cada semana, el cruzar la avenida mas grande que había visto en mi vida, era para mi una experiencia sin igual. Después, las aventuras se hicieron más constantes y más lejanas. Íbamos al metro Moctezuma a comprar pezcuezos rostizados y caminábamos las 5 calles de regreso trague y trague y al final escupiéndonos las vértebras sobrantes en la cara!!! Que linda niñez!!!!

Así de esa forma comenzamos a crecer y el entorno se me iba haciendo más y más grande cada vez. Descubrimos y conquistamos otros continentes como La Jardín Balbuena, La unidad Kennedy, la segunda sección y llegar hasta la delegación Venustiano Carranza era toda una odisea, las primeras veces que llegue hasta ahí, hasta ese entonces el fin del mundo, eran los miércoles que íbamos al cine del mismo nombre a ver películas ochenteras como Los Cazafantasmas, Karate Kid, Indiana Jones y una que otra de Bruce Lee.

Pero como siempre tuvimos amigos mas grandes, en ocasiones nos dábamos las escapadas con ellos a mundos inimaginables, llegamos a ir hasta el cine Insurgentes, el Atlas, e incluso hasta el Sonora!!!, en aquellos ayeres no estaban tan pinches y acudíamos a las funciones del cine de ficheras, que en aquel tiempo estaban en su apogeo.

Así como mi niñez, mi adolescencia seguía la misma línea, jugar, echar desmadre e ir a la escuela por las mañanas. Nunca fue de mi agrado estudiar tengo que reconocerlo, y desde aquellos años de secundaria ya quería tirar la toalla, pero mi madre con sus reprimendas me hizo ir a huevo y me levantaba a bola de chanclazos para ir. Después, poco a poco fui tomándole cariño hasta convertirse en una necesidad, tanto que en mis últimos meses de secundaria ya no me querían ver por ahí, y lo que hacia era brincarme la barda de atrás, para no quedarme afuera!!! Por amor al desmadre que echaba, no tanto por la escuela!!

Mucho de lo que la gente es se debe al medio en el que se desenvuelve, la mayoría de mis amigos no estudiaron mas allá de la secundaria y yo no quería ser la excepción. Terminándola me tome unos años sabáticos que contribuyeron a volverme mas vago que antes y a ser más valemadres. Antes era un niño travieso y después fui un adolescente valemadres!!!

Tres años sabáticos desencadenaron en mi un sin fin de vicios, no solo de comportamiento sino también de los mundanos, de modo tal que comencé a fumar, a tomar y a encontrar en la noche un refugio perfecto para otro tipo de travesuras. Las noches se hicieron mas largas y comencé con las parrandas que empezaban por las tardes y terminaban al amanecer.

Y entre tantos amaneceres y desveladas estaba sumergido en el mundo de la huevonada, no pasaba nada en mi vida, todo era echar desmadre y ver la manera de empollar el huevo, evitar la fatiga y concentrarse en huevonear mejor al siguiente día.

Un buen día me ilumino el espíritu santo, había una convocatoria para entrar a la preparatoria, hice el tramite correspondiente y el examen y bendita sea mi suerte, me quedé!!! No con muchas ganas de deshacerme del desmadre me ví con la penosa necesidad de asistir a clases, me había tocado el turno de en la tarde y para mi fue como cortar mi libertad, mi desmadre era por las tardes y el ir a la escuela en el horario vespertino me provocaba urticaria. Después de faltar la primera semana de clases me decidí a ir, como que me cayó el veinte y me dije: Ni paper, ya estoy aquí!!.

Todo, absolutamente todo lo que soy se lo debo a dos grandes cosas en mi vida: A mi abuela y a la Universidad Nacional Autónoma de México. A mi abuela por su gran corazón, su bondad, su dulzura, sus caricias, su amor infinito y a la UNAM por darme el empujón que mi cerebro necesitaba para cambiar mi destino y así de esta forma, amar mi casa de estudios e igualmente ser uno mas de sangre azul y piel dorada, que aunque no le voy a los Pumas, (le voy a las súper poderosas inmaculadas y omnipotentes águilas del América) pero me siento con orgullo azul y oro. Puede resultar paradójico, pero así es, y aunque me critiquen, yo repito lo que dicen mis cuates de Molotov: Me vale Vergara el Guadalajara, vale Vergara yo estoy hecho en CU!!!!!

Y así estudie la preparatoria en la Nacional # 2. La “Orgasmo Castellanos Quinto” y ahí comencé algo que hasta el día de hoy no se detiene. Yo lo llamo como un programa que veía en la infancia, “el tesoro del saber” y aprendí cosas maravillosas, cosas que aun llevo conmigo y que llevare siempre, y más allá de las aulas, comencé a hacer los más grandes amigos que tengo en mi vida y que aun conservo. No sin olvidar mi desmadre, ese lo echaba no solo en mis ratos libres, sino también cuando el ambiente era tan solemne que se necesitaba salir de la rutina.

Ya encarrerados en este desmadre fui a caer a la facultad de Ingeniería de la Ciudad Universitaria, por que razón?, no lo sé, pero el destino y sus desconocidos caminos me llevaron de la mano y un buen día estaba tomando clases de Calculo, Álgebra y Geometría Analítica en el tres veces H, Anexo de Ingeniería.

Soy Ingeniero en Computación por accidente, es mas ni Ingeniero soy!, no tengo un papel que lo avale pero los años que viví en esa escuela me enseñaron mucho de lo que soy, desarrollaron mi mente y le dieron otro enfoque a las cosas, me otorgaron el don de pensar y de analizar el mundo que me rodea, pero además, me encontré con los mas grandes amigos que haya tenido jamás. Y así, comiendo matemáticas y física todos los días, lo más anhelado era el viernes, para estar con los amigos, echar unos quiebres y sumergirse en la bohemia que terminaba hasta el amanecer en casa del Reno.

De esta forma ha sido mi formación y las bases sólidas de lo que soy, desde mis más tempranos recuerdos hasta los más recientes siempre han sido llenos de valores, amistad, travesuras y el desmadre. Desde que era un niño aprendí que lo más lindo de este mundo era disfrutar cada momento, por eso mi memoria es una base de datos enorme, donde almaceno imágenes, personas, seres queridos, amigos, lugares, eventos, fechas….etc., etc. Y desde entonces mi vida se ha visto envuelta en unas ganas de vivir cada momento, siempre siendo feliz, traveseando y echando desmadre, por que desde que vine a este mundo tengo la dicha y la encomiable peculiaridad de dedicarme a la chacota!!!

Así, entre risas, siendo feliz y echando desmadre se me han ido mis años, quizás los mozos ya pasaron, pero aun así he descubierto algo en mi vida que me llena de felicidad absoluta, que le da sentido y que me hace vivir con mas ganas el amor, el amor que siempre había vivido en mi, pero que no lo dejaba salir de su caparazón, el amor siempre había estado conmigo, pero ahora lo llevo a flor de piel, ahora se me nota, ahora el amor lo veo en todas partes, como dice la canción: love is in the air!!!!

Y hablando de amor y de cosas importantes en mi vida, no podría pasar sin mencionar a la persona que mas me inspira este sentimiento, al la persona que con su llegada me ha cambiado la vida de manera radical, y todo, definitivamente todo lo que hago, lo que digo, lo que deseo, lo que sueño, esta íntimamente ligado a él, a Diego Alejandro, que es el motorcito que llena mi vida y es el combustible primario de mi felicidad. Sin el no puedo concebir mi vida actual. Me llena de alegría y vitalidad el verle y escucharle, sus preguntas “encadenadas” y sus preguntas indiscretas, y sus expresiones de niño despierto son un alimento para mi alma que se llena cada vez de amor al estar con el. Y no podría obviamente dejar pasar este punto importante en mi vida por que desde aquel día en que llego a este mundo, me ha llenado de felicidad infinita.

Y así se me han dado las cosas, todo a su tiempo y siendo paciente, nunca he acelerado nada para mí, ni mucho menos he retardado mis etapas. En ocasiones las cosas tardan en llegar, pero en otras tantas, llegan antes de lo planeado, por eso me siento demasiado dichoso y protegido por esta vida que me ha dado grandes cosas.

Hoy cumplo 34 años de vida y me siento re-feliz!!!!, nunca, creo que nunca me había sentido como hoy, con tantas ganas de todo y tantas cosas por las cuales ser feliz. Hoy cumplo 34 años y lo mejor de mi vida esta por venir, no se que es, pero me lo imagino, y me imagino que serán experiencias inolvidables como las que ya antes mencioné.

Hoy cumplo 34 años y por primera vez después de los treinta, no me pesa decirlo, hoy tengo motivos y razones suficientes como para ser y estar feliz, las cosas que ahora siento y siento desde el fondo, no me caben en el pecho como para reprimirlas, el estado actual de mis sentimientos y deseos, sobrepasa cualquier sentimiento ajeno a la felicidad.

Hoy cumplo 34 años de vida y obviamente que ya no soy el mismo de antes, ya se me notan mis años y cuando voy por la calle los niños me dicen señor, incluso algunos otros hasta me llaman “Don”, pero no me pesa, entiendo a la niñez por que hace mucho pase por eso, y también fui un niño como todos, un poco mas cabroncito que la media, pero como todos finalmente.

Hoy a mis 34 años ya se me notan las marcas de la vida, me miro en el espejo e inmediatamente se ve una gran línea de expresión, una raya transversal que me atraviesa la frente casi de lado a lado y que antes no tenía. Las patas de gallo comienzan a aparecer y el cabello lo tengo lleno de canas, si no fuera por mi gel con aroma de cítricos y que me mantiene el cabello con aspecto húmedo todo el día, se me notarían ya los hilos de plata.

Hoy cumplo 34 años y los 10 últimos los he pasado sin quitarme la barba, se ha vuelto una constante en mí y es como parte de mi fisonomía, tanto, que Diego no me conoce sin barba, quizás el día que llegue sin ella, no me va a reconocer. Hoy que cumplo 34 años mi barba luce aun negra, pero ya, “no tan de cerca”, luce canas también, una tercera parte de mi piocha de candado ya es color blanco. Algunos me invitan a usar just for men, pero nunca, nunca lo haré!

Como ya decía, obviamente ya no soy el mismo, ahora si me ven algunos que me conocieron hace años, verán a un hombre adulto, con panza, canas, y una raya en la frente. Con una apariencia contrastante al del sexenio pasado. Aunque aun lo adoro, pero ya no uso pantalones rotos, desgastados y a media asta! Las playeras solo las uso en fin de semana y si mi abuela me viera ya no me diría que soy un guandajón!!!!

Aún disfruto, si, de la facha, pero como ya decía solo sábados y domingos, entre semana tengo que vestir mas o menos para la chamba, me caga y siempre me ha cagado usar zapatos, y no se diga los calzones!!!! y no por que me guste andar como el indio Tizoc, sino por que adoro y añoro mis botas de mata víboras, mis botas de casquillo que me duraban hasta que se acababan…y de lo otro….Es parte de mi libertad!!!!!

Pero todo, absolutamente todo lo mencionado antes de mi apariencia es solo la cáscara, por dentro sigo siendo el mismo de siempre, el mismo de la Fac, el mismo de la Prepa, el mismo de la Secun y quizás, hasta el mismo que traveseaba en la Calle Once de la Mocte a sus escasos 8, 10 o 12 años. Siento que aunque hayan pasado muchos, pero muchos años desde aquellos ayeres de mi infancia, aun sigo llevando ese niño cabrón y travieso por dentro.

Me gusta jugar, jugar a la vida, sentir que la vida es como esos juegos de niños, donde nadie gana, ni nadie pierde, solo jugar para divertirse, para ser feliz, para ser inocente, para pasar el rato, para sonreír y fusionar los lazos mas puros de la amistad, el respeto y los valores.

Hoy cumplo 34 años de vida y quizás este hoy a la mitad de esta, Y así como es de larga esta remembranza de mi vida, seria 10 veces mas larga si me diera a la tarea de contar detalles de todas y cada una de mis aventuras por esta vida que hasta el día de hoy, ha sido maravillosa.

Hoy cumplo 34 años de existir y creo que no me faltan muchas cosas para ser feliz, he vivido de todo y he experimentado de todo. Hoy puedo decir como la canción de Chepe Chepe: Fui de todo y sin medidas….menos puñal, eso si nunca se me ha dado ni he tenido la necesidad, ni mucho menos la curiosidad!!

Hoy a mis 34 años me siento feliz, y algo muy dentro de mi me dice que parece ser que soy el hombre mas feliz del mundo, Tengo una gran familia, amigos maravillosos, un hijo precioso y como diría una vez mas Chepe Chepe: “Amo y me aman”

De modo tal que no necesito nada más para ser el hombre más feliz del mundo. Hoy a mis 34 años de vida tengo un corazón que no para de latir y que se mueve a velocidades vertiginosas. El día de hoy, por primera vez en mis 34 años mi corazón late, se mueve y tiene vida propia. La luz verde que me guía me dice, “No te detengas”, sigue ese camino, abre tu corazón, abre los brazos de tu corazón y ama, ama intensamente.

Hoy cumplo 34 años de vida y me deseo un feliz cumpleaños!!!!!!!!!!!!!

2 comments:

Anonymous said...

Y esos latidazos no serán taticardia??? jua rjuar juar. No es cierto! Pues qué bueno que estos 34 te hagan tan feliz! Aunque yo creo que en esta autobiografía te faltó mencionar que eres un poquito agrio!!!. Felicidades!

Anonymous said...

Aunque ya te lo dije: feliz cumpleaños primin, que padre que compartas todo esto muy tuyo que te hizo ser quien eres ahora. Un abrazo grande!!