El día de hoy fue de lo mas atípico, el metro venía cuasi vacío cosa que me extrañó de sobremanera ya que en ocasiones he dejado pasar hasta 5 trenes para lograr subirme, y aun así, otras veces he ido cual sardina en lata, con el cachete pegado en el vidrio. Pero hoy, ya decía yo, el metro venía de lo mas vacío, hasta me senté!
Contemplaba yo el paso de las estaciones y el rápido andar del vagón, hacia mucho tiempo que no estaba en una situación similar, como ya dije, siempre me toca abrir cancha para entrar cual Full Back en una 32 directa, pa que los que vienen atrás pasen sin broncas. Hoy solamente di tres pasos, y hasta me dí el lujo de escoger asiento.
Así pasaron las estaciones y en una se subió un jovenzuelo que me llamó mucho la atención, no por que tenga yo instintos mariposones sino por que su aspecto me hizo recordar muchas cosas. La verdad no se ni donde se subió, simplemente lo vi. Entro al vagón y al igual que yo, dio tres pasos y se sentó, se sentó frente a mí.
Desde que se subió me llamo la atención su aspecto demasiado familiar para mí, e inmediatamente me remitió a aquellos años de escuela, de hecho el se dirigía para allá y desde que lo ví me dije: Este wey se baja en Balderas.
Y no me equivoqué. Su apariencia simple, su chamarra inconfundible y mochila al hombro me dijeron inmediatamente que el muchacho se dirigía hasta la última estación de la línea 3, a esa tierra mágica y misteriosa por los rumbos del pedregal, ahí justamente donde se forjan los futuros de este país.
Un puberto como de unos 22, con aspecto aun juvenil. Usaba pantalones cargo color khaki y a media asta, unos tenis Nike que yo pensé que eran grises, pero que quizás alguna vez fueron blancos, pa acabar pronto, mugrientos!! Y por la apariencia quizás internamente tenían un olor a Doritos Nachos como aquellos Reebok blancos con rojo que el Reno usaba.
La mochila verde también tenía los mismos hábitos que el dueño, hacia un buen rato que no se entendía con la lavadora y se le notaban ya unos buenos jiotes de mugre. Me imagine por un momento las cosas que el chico ahí guardaba. Seguramente muchas sin importancia y cargando también basura que uno nunca sabe de donde demonios sale, pero siempre aparece ahí, en una mochila escolar.
El jovenzuelo mandaba arduamente mensajes por celular, Su cara de preocupación por algún examen le invadía su rostro al cual se le notaban algunos vellos crecidos producto de no afeitarse desde la última fiesta del sábado pasado.
Me miro y lo miré y automáticamente volteo su mirada a mi badge y al colguije que sin duda indica el lugar donde trabajo. Lo mire, y no puede dejar de imaginarme a mi mismo como él, haciendo lo que él, y usando la misma chamarra que él. Nos miramos así, frente a frente como si fuera un espejo.
El usaba una chamarra inconfundible, una chamarra azul con mangas en tono oro, en el lado del corazón había un escudo que reconocería hasta con los ojos cerrados. A colores pero rojiblanco en su centro, con el Águila y el Cóndor erguidos en lo alto; el triangulo equilátero invertido dejaba ver inmediatamente el teodolito en su centro y debajo, el paisaje de los volcanes con los nopales antepuestos…
El escudo era el de la 3 veces H, Facultad de Ingeniería….y me supuse; Este chavo estudia Ingeniería en Computación….por que tiene cara de Inteligente!!!!!!Después de unos minutos, se bajó, y si, se bajó en Balderas y antes de bajarse no pudimos evitar cruzar nuevamente las miradas y me dije: Como te ves me ví, y como me ves te veras…
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