La víspera de navidad me trajo tragos amargos, mucho trabajo y reflexiones profundas, por eso no había podido escribir nada. Cuando la inspiración llegaba, no había tiempo para postrarse frente a esta compu ni comenzar el incesante tic tac del teclado, y cuando había momentos muertos donde se podía escribir, la reflexión y las cosas que acontecen no dan lugar a la mente para la inspiración.
Tuve una semana de locos! Y ya desde hace un par de semanas fue de pesadilla, trabajando OT a mas no poder y sacando cosas con urgencia se me habían ido los días. Ya para estos días previos a la Navidad, sentía cargar al mundo sobre mis hombros, sentía una loza muy pesada sobre mí que hasta el día de hoy no desaparece.
Es complicado tener que prepararse para un día de paz y armonía si los días que le anteceden han sido complicados librando batallas internas, tratando de vencer demonios enraizados dentro por años y por si fuera poco, entre la espesura del ambiente, entre la niebla densa de este océano de sentimientos y reflexiones, siento que la luz verde que me guía, se extingue minuto a minuto.
De repente me encuentro una vez mas escribiendo, reflexionando, pensando, sintiendo y necesitando de este mi pequeño espacio para poder gritarle al mundo lo que me sucede, lo que pienso y lo que siento en este preciso momento.
Yo pensaba que era muy sencillo deshacerse de las cosas que no sirven, de hacerle flush a todo aquello ajeno a las buenas intenciones, a las ganas de ser solo quien eres y desde el fondo de ti, sacar esa luminosidad de cosas invaluables que brillan por si solas, cosas básicas e instintivas que alguna vez todos tuvimos, pero que al pasar de los años se pierden, y no no es sencillo.
Demasiado trabajo he tenido y aunado a tanta reflexión he podido comprender que las profundas caídas no son mas que enseñanzas que van dejando un aprendizaje implícito, que no son mas que obstáculos que la vida te pone y esta en cada uno de nosotros elegir si se brinca o no, si se le da la vuelta y se sigue de largo sin aprender de eso.
Cualquier elección tomada es la que se considera adecuada, solo que en el caso de esta ultima, donde se decide no brincar el obstáculo, en algún punto en el camino se necesitara de esa experiencia para resolver una tarea similar que requiere ser tratada con eso que precisamente no se aprendió, por que no se quiso brincar el obstáculo y se prefirió darle la vuelta.
En mi caso he dejado muchos obstáculos detrás, unos brincados y otros rodeados y es ahora cuando debería sacar la experiencia de esos que no brinqué y me cuesta trabajo, no tengo esa experiencia, mas sin embargo he tratado de buscar en los valores esenciales y primarios algo que me indique como actuar y como resolver los acertijos que la vida me presenta.
Esta navidad no fue lo que yo esperaba, tenía la esperanza de que fuera la más feliz de mi vida, sintiendo esa misma felicidad dentro de mí, viviendo en mí, pero no, no fue así. La ardua batalla interior entre las elecciones me ha situado en un punto muy alejado de las cosas provenientes del amor. Sin pensarlo, inconcientemente me he trasladado precisamente a ese lugar donde no quiero estar.
El día de hoy, me sigo sintiendo así, mi mente ha dominado mis sentimientos y solo se satisface con la razón sobre el corazón. Hoy no tengo la fuerza suficiente como para vencer y dominar a mi mente fría y calculadora, mi fuerza esta muy lejos de aquí, mi fuerza pierde fuerza también y todo ese huracán de sentimientos, de amor y de pasión que existía, hoy solo esta traducido en una amarga, sola, y triste Navidad.
La luz se apaga lentamente a librar esta batalla………….
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