Monday, December 31, 2007

Érase que se era...

Había una vez un conjunto de astros, al cual llamaban Sistema Solar, constaba de un sol y 9 planetas entre los cuales se encontraba el nuestro, el planeta tierra!. Hoy les valió madre a los astrónomos y decidieron que nomás eran 8 los planetas y a Plutón lo mandaron al carajo, (quizás por eso, por Plutón) y ya hasta en las monografías le recortan en Neptuno.

En ese sistema solar había un planeta el cual le llamaban el planeta azul, con sus 5 continentes y cientos de países perfectamente bien identificables por mí en secundaria, en aquellos años mozos donde me aprendí todas las capitales, los ríos, y las montañas del mundo. Hoy luce diferente, se esta acabando y el agujero en la capa de ozono crece cada día mas y muy pronto nos cargara la fregada a todos.

Había una vez un enorme país en Asia que se llamaba más o menos así: Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, cuya capital era Moscú y ahí se realizo la olimpiada en el 80. Hoy esta desbaratado, son unas 20 republicas independientes y pienso en los pobres niños de secundaria, no es lo mismo quitar a plutón de las monografías que dividir a la URSS en 20 países con sus respectivas capitales, y lo peor, aprendérselas con esos nombres tan difíciles!!! pobres!

Había una vez también un país el cual era conocido como el cuerno de la abundancia, para mí siempre fue motivo de orgullo ser mexicano, pero hoy más que nunca estamos hundidos en la mediocridad y mejor nos deberíamos llamar el país donde no pasa nada, por que en verdad, no pasa nada!

En ese mismo país, en el mero centro de ese cuerno de la abundancia, en esa zona conocida como el Bajío, había un rancho cerquita de León Guanajuato, para mi era el lugar mas hermoso sobre la tierra, estaba lleno de todo menos de modernidad, no había energía eléctrica y había que ir por agua mas o menos potable hasta un pozo como a un kilómetro de distancia. Hoy, el progreso llegó, todas las casitas cuentan con luz y hasta con refrigeradores y televisor. Antes las casas eran de adobe y era un estilo rustico el que predominaba, hoy algunas casas las han derrumbado y en su lugar se yerguen edificaciones de tabique y loza de cemento y la inmensa mayoría de estas, cuentan con agua potable que ya llega por tubería.

En esta capital había un lote baldío cerca del metro el cual siempre estuvo vacío, ahi nos ibamos a cazar ratas con resortera o con un rifle de diabolos, hoy han hecho una tienda Coppel y de noche se ve bastante alumbrada la zona. Mas adelante había un tremendo cruce vehicular, era la intersección de la Calzada Zaragoza, el Eje 3 y el principio de la Av. Eduardo Molina, le llamaban la fuente por que según los antiguos ahí hubo una vez una fuente! Yo ya no la conocí. Hoy hay un paso vehicular de dos pisos el cual han bautizado como distribuidor vial y que conecta el Eje 3 con Av.Oceanía y atraviesa toda mi colonia.

Caminando por Emilio Carranza Había un lugar llamado “La Sosa”, era un pequeñísimo Centro comercial en el cual había una zapatería, un pequeño súper y un par de locales más. Hoy esta convertido en no se que, pero luce diferente a aquellos ayeres. Estaba también la oficina de correos enfrente la cual movieron de ahí a no se donde y en su lugar hoy esta un restaurante de Chinos. A un lado a pesar de los años aun existe el billar Mocambo, centro cultural y recreativo para los jóvenes vagos de mi colonia.

En contra esquina aun se conserva “La Acapulco” otro centro de reunión y desestresamiento para la juventud de por ahí. Mi cuate el trompas ya no sirve mas cerveza de barril por que pasó a mejor vida, pero aun los dueños mantienen ese lugar como antaño, eso si, sirviendo exquisita cerveza fría y la rockola ahora es de CDs para estar ad hoc con la modernidad.

Siguiendo la misma calle, hay un parque, en el centro del parque luce un Kiosco en una explanada que ya tendrá sus años y la cual se ha convertido en albergue de las reuniones y festejos cívicos de la comunidad, y hace muchos, pero muchos años había una enorme construcción la cual tenia un letrero en el frente que decía CONASUPO, y que derrumbaron hace ya mucho tiempo para darle cabida a la mencionada explanada

Frente a dicha explanada esta un mercado, antes solo era un parque lleno de juegos infantiles, de aquellos de antaño que eran tubulares y animales de piedra que invitaban a escalarse y hacer piruetas para lograr llegar a la cima. Había columpios, sube y baja, y resbaladillas, hoy solo quedan pocos de esos juegos, algunos ya son nuevos y el Mercado seguirá ahí sobre aquel parque que existía hace muchos, muchos años.

A dos calles de ahí, se encuentra el lugar donde crecí. En esa calle había una casa antiquísima la cual era una bodega de cacahuates, Sí, de cacahuates!, obviamente todos le llamaban la cacahuatería, el día de hoy la están derrumbando para darle lugar a un complejo de departamentos. Sabrá dios que tanta gente nueva llegará ahí.

Casi enfrente, estaba la casa del Horacio, hoy ya tiene varios años derrumbada y aun no han podido vender el terreno. En la esquina de la Zaragoza había un terreno grande, dentro había una pequeña casa y desde luego que el patio era enorme, ahí guardaban camiones torton, y cuando el balón se nos volaba le rogábamos a dios que no cayera cerca del enorme perro Gran Danés que tenían amarrado en aquel patio con una enorme cadena. Hace ya varios años vendieron ese terreno y ahora ahí luce radiante un banco Banamex el cual ahora llena de vida durante el día a la calle donde crecí.

Las fachadas de mi calle lucían pintadas todas iguales, de color beige con café debajo, creo que así alguna vez las pinto el gobierno para que lucieran todas iguales, de hecho, las casas mas viejas del rumbo aun conservan ese color. Hoy cada casa tiene su color, unos de chile y otros de dulce y la casa de la maestra hoy luce un color azul pulquería. Horrible!!!!

Y a propósito de pintura, el asfalto de esa calle tenia pintada una cancha de americano, con sus 100 yardas y sus zonas de Touchdown. La pintamos nosotros!, nos llevo varios días el diseño y al final, rematamos con un buen partido de tocho.

Después de los partidos de tocho nos reuníamos en la esquina de José Rivera y la Once, desde ahí se organizaba el desmadre, se contaban chismes, y charlábamos hasta altas horas de la noche. Mis amigos y yo le llamábamos la esquina de los hombres ilustres!!, por que ningún wey se paraba ahí. Hoy hay una tienda con maquinitas y una buena runfla de vagos es la que ahora detiene la pared y el poste de nuestra esquina. Ellos hoy se han apropiado de lo que antes era nuestro…

“Antes”…tiempo pasado!...

Me digo a mi mismo, como ha cambiado mi mundo, mi entorno y mi vida en 34 años!!!, y como diría Alex Lora: “y los que me faltan todavía!!!!”…..

Bienvenido el 2008!

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