Tuesday, February 12, 2008

Parotiditis

Solo voy con mi pena, sola va mi condena…

Venia escuchando esta mañana esa rola de grandes e inolvidables recuerdos, recuerdos de mis años de libertad y de comerme el mundo en pedacitos. Justamente la escuche no se cuantas veces en el trayecto de la escuela de Hammer hasta Moctezuma Hills 90210.

Venia pensando también en que yo no nací para esto, para estar en casa y para las manualidades ni mucho menos para pasarme todo un día entero encerrado. Ya estaba como león enjaulado y es que eso de estar enfermito y no poderte ni mover no es para mí.

Hoy no me quedo otra que venirme a trabajar, me fastidia estar sin hacer nada y los días se me hacen eternos en el encierro, total, si me quedo eunuco ya estaría de dios, yo solo lo que necesito es aire fresco aunque esté saturado de smog de esta ciudad.

Nunca he sido un ser hogareño, ni mucho menos he disfrutado de la casa ni he hecho de ella un refugio para cuando necesito reposo. De hecho, jamás había necesitado reposo desde la varicela de hace unos 10 años o mas, ya se me había olvidado lo que era eso. Aquella vez si me pase unos 15 días en casa, pero eran otros tiempos, mi mami me cuidaba y me acercaba todo a la cama...hasta el control de la televisión.

Hoy es diferente, la soledad de mi casa me da un tremendo pesar, en la televisión no hay nada que alegre el día ni mucho menos escuchar música deleita los sentidos cuando las ganas de moverse y de estar aquí, esperando la luminosidad de mi luz verde son lo que mas se extraña en días como estos.

Por eso decidí venirme a trabajar, pude haberme tomado toda la semana de vacaciones forzosas pero la verdad es que extraño el movimiento, extraño mi correo, mi computadora, mis cosas que hacer, a mi jefe gritándome desde su oficina y muchas, muchas cosas mas…

Hoy no me importo venirme a trabajar aun con el cachete un poquitín inflamado, ya me tome el medicamento y las inyecciones milagrosas de mi hermana han hecho efecto y la cara de torta cubana ya esta cediendo.

Y en verdad no me importo venirme a trabajar, aunque dicen por ahí las malas lenguas que si salgo a la calle me da “el aire” y me puedo quedar así, con la boca chueca y la cara deforme. No me importa realmente. Y no me importa ninguna de las otras consecuencias y también el quedarme eunuco me da lo mismo, justo ahora cuando la ilusión de tener una nena hermosa se desvanece.

Tenía sueños de una niña hermosa, con unos ojos preciosos, quizás color miel, con unos dientotes de conejo y un par de colitas a los lados, justo como una foto que ví hace poco. Así, así quería una bebita hermosa, pero parece que aunque quiera, mi sueño de esa nena se me escapa…

Hoy solo me vine a trabajar, buscando mis sueños mas anhelados, tengo que trabajar y aunque aun no estoy al 100, tengo que estar aquí por que quedarme en casa es sinónimo de desesperación.

Si esta enfermedad deja sus secuelas, ni modo, ya quería yo estar aquí y si el precio que tenga que pagar es alto, pues ya sufriré las consecuencias de estas tediosas y aburridas paperas!!!


Soy una raya en el mar, fantasma en la ciudad...mi vida va prohibida, dice la autoridad....

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