La fiesta del Pueblito

Hoy por la mañana llegue a ese mágico lugar y al bajar el puente se ve en la misma dirección la calle tapada ya por juegos mecánicos y por lonas que no dejan pasar en línea recta. Me sorprendió no ver el sol reflejado en el asfalto y no ver también a lo lejos el semáforo de la Iztaccihuatl que se alcanza a distinguir entre los rayos matutinos que emanan del sol del oriente.

Afortunadamente yo me tengo que dar la vuelta en la mítica esquina que forman las calles de Emilio Carranza y José Jasso, ahí mesmamente donde en la mera cuchillita esta “La Acapulco”, centro recreativo, social y cultural; lugar legendario donde la mas rancia alcurnia de la colonia Moctezuma Hills 90210, se congregaba y se congrega para departir una suculenta cebada y deleitarse con los mas finos albures y mentadas de madre dignos del pintoresco léxico de la capital mexicana.

Había olvidado por completo la fecha, 27 de Junio, día memorable que por muchos años mis amigos y yo esperábamos con ansia desde meses antes para hacer acto de presencia en la plaza y poder así un día del año, hacer las travesuras mas inusitadas y de paso tener anécdotas que aun se cuentan como hazañas de libro de historia.

Sucede que hoy es la fiesta de mi colonia, 27 de Junio, día de la virgen del Perpetuo Socorro, por que se llama así?, ni me pregunten!! Lo cierto es que un día como hoy, por muchos años fue la fiesta mas esperada entre los niños y los adolescentes de mi colonia.

Como olvidar tantas y tantas travesuras y no tan travesuras que solíamos protagonizar aquellos días de feria, se me vienen a la memoria algunos pasajes que han quedado en la historia plasmados como iconos. Aventuras extraordinarias e irrepetibles que difícilmente alguien más las podría vivir, y no solo por que me tocaron a mí sino por que los tiempos ya nos son iguales. Y realmente no lo son…

Hace más de 5 o 6 años que no me paro por aquellos lares el día de la feria, pero la última vez que estuve ahí no fue del todo buena. Quizás la nostalgia y el ver los toros desde la barrera te dan una perspectiva diferente de las cosas, pero la verdad es que todo fue distinto. Me decepcioné.

Y es que en aquellos ayeres la feria era mas grande, sobre Emilio Carranza iba desde “La Sosa” hasta Iztaccihuatl. Abarcaba toda la plaza aviación y calles circunvecinas, solo la calle de Luís Preciado, donde antes estaba el mercado, se cerraba para el tibiri de los nacos de por ahi, a los que les gustaba la huaracha y sonidos que no dejan escuchar la música…Amigos igos…igos…igos..igos… de la Moctezuma…uma.uma.uma…. La ultima vez que fui, la feria se limitaba a estar sobre la plancha de la plaza, y por la parte de atrás del mercado, casi nada, por no decir que no había mas que dos o tres puestos.

Creo que la feria inolvidable de mi niñez y mi adolescencia no debe ser la misma ya. Ya no iremos mi carnaval el Fritz y yo para chuparnos unos jarritos locos con Bacardi Añejo, Ya no nos meteremos incróspidos a la iglesia y el mismo Fritz apagara su cigarro en la pila del agua bendita. Tampoco compraremos un kilo de huevo para aventarlos al remolino para joder a la gente; Tampoco asustaremos a la gente con escenas de peligro a la hora que prendían el castillo; Ya no terminaran las ferias en “el mamucas” hasta el amanecer, ni saldrá la Tía Tola a la leche a las 6 de la mañana y nos sorprenderá en plena pachanga, ya no se organiza ni siquiera ir a la feria en bola, mucho menos se hace fiesta después de la feria y al pasar de los años aun seguimos preguntándonos quien era aquel “señor X” con el que nos aventamos una mega peda inolvidable. Según los que se acuerdan era un tal “Fish”, pero al día siguiente desapareció y no volvimos a saber de el jamás.

Hoy no me acordaba y por muchos años no lo hacia tampoco, el día de hoy había pasado desapercibido no solo por que ya no vivo ahí, sino por que todas esas anécdotas e historias las tengo en el baúl de mis recuerdos. Ahora ya mis intereses son otros y aunque hoy por la mañana ví la feria ya instalada, no me dan ganas de ir, no quiero llevarme otra decepción al comparar mis años mozos con la nueva época.

Así es la vida, no?