Monday, September 10, 2007

Sigue lloviendo

Ya había dicho con anterioridad que los días lluviosos me encabronan, no veo lo más maravilloso del universo que es el sol, y eso me pone de malas. Los días mojados y con mucha nube son de lo mas patético, el trafico se incrementa, se patinan las llantas y por si fuera poco los vidrios se empañan y no dejan manejar con soltura y hay que ser mas precavido que de costumbre.

Todo comenzó hace muchos, muchos años, no se cuando exactamente, lo que si recuerdo es que en las temporadas de lluvia la calle donde nací se inundaba, no podíamos echar el tradicional tocho por las tardes después de la escuela, y nos teníamos que refugiar bajo el balcón de la casa del Capitán, ahí había (hay todavía) un pequeño desnivel, que evitaba que la inundación de la calle te mojara los pies, así que mis amigos y yo resistíamos el aguacero en esa pequeña covacha esperando a que dejara de llover y la inundación bajara para seguir jugando tocho.

No solo por esos pequeños grandes detalles no me gustan los días lluviosos, al ser un niño vaguito, siempre me estorbo la lluvia, siempre fue como un impedimento para realizar mis actividades callejeras que comenzaban a las 3 de la tarde y terminaban justo antes de comenzar el chavo del 8.

Otro de los inconvenientes siempre fueron mis pantalones. Nunca fui bueno para traerlos donde se debe y eso provocaba que siempre trajera la valenciana húmeda o llena de lodo. A mi, en mi tierna infancia e incluso ahora a mis treinta y tantos me valen madre muchas cosas, pero a mi madre le daba el patatús, se horrorizaba viéndome la ropa sucia o todo desalineado y no faltaba el regaño o el chanclazo cuando aun podía…ya cuando crecí, aunque quisiera.

Los días lluviosos no me gustan, y no solo por que impiden hacer muchas cosas, sino también por que todo se vuelve un caos. Las calles resbalosas, no te puedes parar en una esquina por que pasa el maldoso y te baña peor que en sábado de gloria. También los charcos, eso de andar brincándolos de un lado a otro me resulta de lo mas cagante, y no solo por que hay que ver en donde pisas sino por que terminas con los zapatos mojados y cuando no hay buena transpiración pues apesta la patrulla.

Los días lluviosos siempre han sido para mi como una chinga ya que tengo que recordar que siempre debo usar paraguas o cargar con chamarra pa´taparse, esto realmente me viene guango, no uso paraguas, ni lo usé, ni nunca lo usare!!!, y la chamarra de vez en cuando, cuando la mañana es muy fresca o cuando no tengo demasiada hueva como pa´cargarla.

Pero decía yo también que a últimas fechas los días lluviosos tienen su lado interesante, no hay día que amanezca nublado y que me ponga de mal humor. Hasta el momento no he mentado madres por un aguacero ni mucho menos la clásica expresión de: Pinche lluvia!!!!

Hoy amaneció lloviendo, pero desde el Viernes quería que fuera Lunes y no importaba las inclemencias del tiempo, yo quería venir a trabajar!!!! A eso yo le llamo: Amor!!!!, amor al trabajo chingao!!!!!

Desde el Viernes quería que fuera Lunes y ya es Lunes, lloviendo y con el cielo gris, pero no importa, Yo estoy feliz, y mas aún por que ayer ganaron mis Vaqueros!!!

Que cosas, no?

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