Thursday, April 23, 2009

Encabronamientos

El día de ayer no fue uno de los mejores que he tenido. La neta es que no me pongo a contarlos ni soy coleccionista de malos días, pero en verdad que el día de ayer tenía un condimento especial que lo hacía pesado, demasiado denso, “Thick” como dicen los gringos!

Alguna vez no se han despertado con el alma negra? con un encabronamiento inexplicable, mal y de malas, que no sabes si estas de malas por despertarte o de oír el despertador. Alguna vez no se han despertado con ganas de echar madres a diestra y siniestra? De hacérsela de jamón a cuanto cristiano te dirige la palabra…

Pues ayer fue un día de esos para mi, de esos en que todo se te junta, que todo te sale mal, que la hueva inmensa te acongoja y por si fuera poco los astros y el sabio universo se conjugan para que llegue un cabrón y te salga con la pregunta más pendeja que has oído en los últimos 6 meses.

Así de ese tamaño!

Parecerá una expresión trillada, una aseveración barata lo que diré, un pretexto estúpido o una justificación idiota el decir que: No soy perfecto! Es un hecho que trato con el alma manejar mis malos humores, de controlar mis mareas de ira, mis arranques de cólera, pero en ocasiones resulta complicado.

Por más que uno quiera tener una sonrisa en el rostro, ser amable, obedecer ciega y fielmente, no, no se puede. No sé si se deba a mi carácter tan impulsivo y poco dócil, o si sea una cuestión de adaptación, pero la verdad que en ocasiones quiero tirar la toalla y pedir esquina.

…y no sé qué es lo que me puso así. Desde que sonó el despertador y desde que el subconsciente del sueño fue apaciguado por el consciente al despertar noté que ya estaba encabronado. Las primeras y repetitivas rutinas de la mañana me tenían al borde del estallamiento.

El agua más caliente que de costumbre me creó más malestar y en lugar de refrescarme y ayudarme a despertar, fue como la gota que derramó el tepache en una mañana que en lugar de disfrutar el bello sol saliendo por el horizonte, me hizo salir con una jeta tamaño caguama y un ceño fruncido que no cedió durante todo el día.

…y en verdad no se qué pasó, estaba de mírame y no me toques, no quería que nadie perturbara ni traspasara la burbuja de silencio que había creado. Llegue a la chamba, me instalé y puse unas buenas rolas para ver si con eso cambiaba mi estado de ánimo y ni así…

Como repito: No soy perfecto. En ocasiones no tengo ni la mas mínima intención de congeniar con nadie, necesito silencio, concentración, dejar de pensar en los hubieras, asimilar cosas que ya no tienen remedio y dejar de estar pensando en la inmortalidad del cangrejo.

Quizás esa lista de cosas aunadas a un cúmulo de otras tantas que me perturban sean las causantes de mi mal humor de ayer. Me sentía con espada roja de un Lord Sith, lista para desenvainarse, activarse y matar.

Afortunadamente todo pasó, al final del día necesitaba solo descanso, que nadie perturbara mi duelo emocional, dejar que poco a poco desapareciera el eclipse de mi lado obscuro y dejar que regresara la luz, permitir que poco a poco regresaran a mí los sentimientos de un caballero Jedi, y volver a ser el que soy, el que trata con el alma de dominar sus impulsos más siniestros, el que quiere más que nada en el mundo obedecer a la bondad del corazón….

Y la medicina fue llegar a casa, quitarse el atavío del trabajo, ponerse las pantuflas, tomar un jugo helado del refrigerador, sentarse en el sofá, y deleitarse cegándose de la risa con una película del master: Germán Valdez Tan Tan!!!

Fue el broche de oro de un día para olvidar…

1 comment:

epistolario segun san alvaro said...

Hola

Entiendo ese tipo de estados...

Que la fuerza te acompañe amigo.....

Si te pone algo feliz

ME ENCANTO TU BLOG