Thursday, April 2, 2009

Rústico

No sé a ciencia cierta el significado etimológico de la palabra: “rústico” . No lo sé, no me interesa, ni mucho menos esto es clase de aquellas del 5to año de Prepa de Etimologías Grecolatinas del Español. Lo que sí es cierto, y las últimas 48 horas lo he venido pensando, es que eso de “rústico ” me suena como a “ruco”, muy probablemente esté en un error, pero pues así me suena.

Y es que me llevé la decepción de mi vida al entrar al hotel que nos reservaron para esta travesía en la hermana república de Cuernavaca. Previamente lo visité en el interné y todo lucia muy lindo, estilo “rústico” decía ahí, y la construcción tenía un aire como a monasterio antiguo.

Al llegar comenzaron las desavenencias. Una larga caminata en pendiente que lucía como toda una proeza pero afortunadamente había un carrito de esos que usan en los campos de golf para trasladarse…y que nos dan un ride.

Llegamos, nos registramos y salimos hechos la chilla para el Camino Real el cual ya tenía un salón reservado para el Control Room. Una vez montado el escenario, el momento se presto para engrosar la cuenta del Over Time que hasta este momento sigue sume y sume horas.

En aquel momento solo me dispuse a entrar, dejar la maleta y voltear a mi alrededor, scanneé solo lo necesario para darme cuenta de lo “rústico” del lugar, pero mi atención estaba puesta en cómo resolver problemas técnicos y de logística para lo que venimos a hacer.

El primer día terminó tarde, el no tomar hora de lunch fue para nosotros todo un calvario, nos dispusimos a manejar entre lo “rústico” del pueblito donde nos alojamos para ver si de casualidad había alguien que vendiera aunque fuera rebanadas de aire…y lo conseguimos. Un local asando un trompo a la vista nos indicaba que a unos cuantos metros había unos deliciosos, inigualables y sacrosantos tacos al pastor.

No se si era mas mi hambre que mi sed o mas mi sed que mi hambre que en lo que despachaban los primeros de lengua y suadero me zumbé la coca-cola helada que me trajeron como introducción, seguida por otra que apagó el ardor provocado por el guacamolito de los primeros dos con todo…

Regresamos cerca de la media noche, el cansancio pedía una cama a gritos y después de equivocarme de modulo y de habitación por fin encontré la puerta indicada para abrir, hacer el pequeño ritual de desempacar y acomodar todo y acto seguido, caer cual manzana madura en los brazos de Morfeo.

Regularmente lo primero que hago al estar muerto de cansancio es descalzarme, quitarte papos, tines y estirar los dedos, ese es uno de los placeres mas deseados por mi después de un día de arduo trabajo, no se diga que con algo mas de tiempo me de por sacarme el queso que se forma entre los dedos. Para mi eso tiene un placer solo comparable con disfrutar de una vida sexual activa!!

Dormí como niño dios…no supe de mi sino hasta que sonó el celular que haces las veces de despertador en mis viajes y de inmediato no supe si fue una tortícolis la que me atacaba debido al frio por haberme dormido sin camisa o los imanes que hay debajo del colchón. De esta ultima brujería me entere al momento de vestirme y leer el folletito que dejan bajo la lámpara…quesque según para eliminar el stress.

Pendejamente creí que este “rústico ” hotel solo era “rústico” de apariencia, pensé que solo era para ese tipo de gente de gustos exóticos y que le encanta mamonear tomando clases de tai chi y de yoga, para aquellos fervientes admiradores de la filosofía hindú y sus mamonas disciplinas que hay regadas por ahí.

No, en verdad es un “rústico” hotel. Inmediatamente tomé el teléfono, marque a recepción y les pregunte por la conexión al interné….me mandaron al carajo, no la hay! Y ya sabia con antelación que ni televisión había en los cuartos, cosa que me tiene sin cuidado con la única e imperdonable condición de que hubiera internet.

El tradicional baño matutino también resulto una odisea. El piso empedrado de la zona de regadera me tenía bailando como pollo espinado durante la ducha y la cortina de manta que separa la recamara de la zona de los aseos dejaba colarse un ventarrón por su periferia que nomas sentía un aire polaco cada vez que me movía…

Este “rústico ” hotel esta diseñado para gente hippie, para aquellos que se les da la fumadera de mota al por mayor, encuerarse desinhibidamente, pasear por los vastos jardines frutales que hay por aquí, y sentirse Adán y Eva echando patadas en el paraíso.

Pero a mi no, bueno, eso de la patada pus con quien se deje, no? Pero esas cosas de la espiritualidad, el cero ruido, la meditación y la música ambiental tipo nave espacial son para aquellos que mencioné: gente que nomas le gusta mamonear y andar perdiendo el tiempo en la meditación, en lugar de hacer algo productivo de sus vidas.

No, no, no…. Yo soy mas de modernidad, de confort, soy un tecnológico al que le gusta tener todo a la mano y conectarse con el mundo por medio de los bits y las señales digitales, a mi no se me da eso de la naturaleza, los temazcales, los spas, ni nada que se le parezca, yo con un DSL y mi lap top soy el hombre mas feliz.

Ya me da el cuarto en este pinche “rústico” hotel, nada que ver con los Marriot, los Sheraton, los Holiday, los Fiesta, los Ríu que he tenido oportunidad de visitar en mis viajes y uno que otro de medio cachete de esos que hay muchos en Tlalpan y que me han contado que hasta espejito tienen en el techo y que pegan los ceniceros y el control remoto al buró…

Lo bueno que nomas es esta noche y mañana recogemos el changarro y nos pintamos de colores, ya me urge llegar a casa, dormir en mi colchonsote tamaño caguama, ver en mi TV de 52 pulgadas mi programa favorito y olvidarme de este “rústico” lugar.

Ahí les cuento el regreso…

1 comment:

Marita said...

Jajaja...Y bueno, a todo esto, ¿como se llamó el lugar?